Hoy en truños cinematográficos: Skyline.

La ciencia ficción en el mundo del cine no ha tenido nunca lo que podría llamarse regularidad. Ha habido grandes obras (no maestras, solo grandes) junto con una infinidad de pestiños que sólo sirven para el entretenimiento.

Además, los ultimos años pega mucho el género catastrofista extraterrestre, es decir, los aliens no tienen nada mejor que hacer que embarcarse en un viaje de 1000 o 2000 años para venir a la Tierra a matar humanos.

Pues resulta que Skyline pertenece a este sobreexplotadísimo género de la ciencia ficción catastrofista extraterrestre. Y además, de mierda.

Porque si conoces exponentes cinematográficos del mundo como Battle:LA, Independence Day, Battlefield Earth (ésta merece un blog entero aparte) o la futura Battleship (Todas empiezan con Battle, augurio claro de sus argumentos) entenderás la denominación de éste subgénero.

Concretamente, en Skyline resulta que los Aliens, que usan unos sistemas de armamento muy barrocos llegan a la Tierra con el único fin de matar (Todavía en Battle: LA tenian un objetivo, aunque ridículo). Para ellos se valen de avandazas tecnologias como una especie de Rancor, unos cazas con forma de maquinilla de afeitar o unos sensores que salen de unos tentaculos. Tó mu basto. Otra cosa que llama la atencion es lo dificil que debe ser peor actor que la pareja protagonista, que entre que la mujer tiene el labio superior hinchado de tanto tópico que lleva encima y el hombre tiene una habilidad interpretativa digna de una piedra, uno se acaba preguntando si lo hicieron a propósito.

Y bueno qué mas decir, son remarcables las escenas de los humanos escondidos detras de una encimera (encimera con sistemas de ocultacion, no les pueden captar detras de ella) escondiendose del pulpo alien de turno y sobretodo la escena del caza-piruetas, que es impresionante lo lejos que ha llegado el vuelo de aviones por control remoto en esta película.

En fin, otra más a la lista de pérdidas de tiempo. Al menos aburrirme no me aburrí. Argo é argo.

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